- Año: 2017
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Fotografías:Jesús Arenas
Nos situamos en el centro de un casco urbano antiguo y compacto donde los edificios históricos se alinean a las fachadas de las calles. Nosotros no hemos querido romper este ritmo y decidimos alinearnos también a la calle principal.
La forma del edificio con sus inclinaciones de fachadas responde a la voluntad de crear tres plazas bien articuladas en lugar de una gran plaza que no consideramos oportuna dado el escaso valor arquitectónico de las edificaciones adyacentes; creemos que estas tres plazas se adaptan mejor al carácter del barrio.
Queremos dar al edificio un aspecto de solidez que trasmita su naturaleza de edificio público representativo. Situamos un bloque macizo -donde las ventanas aparecen como recortes- en el centro de la parcela lo que nos permite articular tres espacios públicos de diferentes lecturas. El primero, ámbito de entrada y que consideramos el espacio público principal, viene definido por la fachada que se alinea a la calle Montcada y levanta su extremo en voladizo para crear el acceso a una plaza soleada. Creamos una gran jardinera enterrada que favorece el crecimiento de árboles de gran tamaño que dan sombra a la plaza y a las zonas de trabajo y marcan el acceso principal al edificio. El segundo espacio público se entiende como una pequeña plaza de carácter más doméstico donde, gracias a la topografía, podemos plantar árboles sin problemas, simplemente reforzando la estructura del aparcamiento. El último espacio es una pequeña plaza que recoge la circulación que proviene del antiguo edificio administrativo hacia la nueva sede del gobierno de las Tierras del Ebro. Las dos plazas de acceso quedan conectadas a través del vestíbulo del edificio.
Hemos establecido dos tipos de fachadas: una con pequeños huecos y la otra con grandes ventanales. Esta última corresponde a la zona de trabajo de grandes salas, encaradas hacia la tranquilidad de la plaza, mientras que la fachada de pequeñas ventanas corresponde a despachos de menores dimensiones.